Hace algunos años atrás, escribí un post sobre el día del internet para este blog (ver link). En esa ocasión conté que Paul Miller, editor del blog The Verge, dejaría internet por un año. Me prometí que haría la segunda parte de aquel artículo y que contaría a los lectores del blog de Pixel Creativo, el resultado del experimento. Debo agachar la cabeza y admitir que me he tardado un par de años. Podría dar varias excusas, pero para que aburrirlos o gastar tinta digital.
Regresemos al periodista que decidió inmolarse digitalmente por un experimento. Paul Miller cuenta en su blog que los primeros meses de desconectar de internet, sintió su vida más real. Ya no estaba expuesto a distracciones ni información vacía. Afirmaba que cualquier cosa que hacía en internet la podía reemplazar con un objeto físico. Si necesitaba saber cómo llegar a un lugar, compraba un mapa en lugar de recurrir a Google Maps.
Al no poder contactar con amigos de forma virtual, tuvo que salir a buscarlos y eso mejoró su relación con ellos. Cada actividad virtual que reemplazaba por una real, le demandaba más trabajo físico y por lo tanto, empezó a bajar de peso y mejorar su salud.
Luego de seis meses y envuelto ya en una rutina, lamento contarles que pasó lo más natural. Si durante los primeros meses había leído y escrito mucho, ya no lo hacía tanto. También dejo de ver a sus amigos con frecuencia. Para ese entonces cambió el vicio del internet por otro como el PlayStation e hizo un retroceso social.
“Me alegraba ver mi buzón lleno de cartas tangibles, pero al final resultó que, una docena de cartas a la semana podía ser tan abrumador como un centenar de correos electrónicos al día”, cuenta Paul Miller.
Sin la novedad de los primeros meses del experimento, dejó de intentar cosas nuevas y su vida poco a poco se hizo más solitaria.
"Mucha tinta ha sido derramada ensuciando el concepto de "Amigo de Facebook", pero déjenme decirles algo, un "Amigo de Facebook" es mejor que nada", afirma Paul Miller
Quizá Miller no lo logró probar que la vida era perfecta sin internet, pero descubrió que era una herramienta necesaria para realizar diversas actividades. La red no tenía por qué estar mal, parece reflexionar, solo hay que saberla utilizar y no dejarse afectar. Ese es el verdadero reto.
¿Qué opinas? ¿Podrías vivir un año sin internet?
Columnista:
Daniel Collazos Bermúdez
Director Creativo
www.pixel-creativo.com
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