Teoría básica del color

“Los colores son los amigos de sus vecinos y los amantes de sus opuestos”

-Marc Chagali

Que el color sea un medio para expresar y describir emociones no es secreto. Sin embargo, se necesita ordenar y profundizar estos conocimientos para realmente controlar la información que codificamos mediante el color. Es una habilidad indispensable para cualquier artista gráfico o creativo. Cuando acabamos de trabajar un concepto y nuestra diagramación, los colores elegidos no son accesorios que puedan hacer más o menos interesante un arte final, son los pilares sobre los que se apoyará un diseño, y pueden contribuir a que funcione o destruir la comunicación totalmente.
No suficiente con esta presión, cabe mencionar que el color no es objetivo. Podría decirse que ni siquiera existe. Existe solamente en el ojo del consumidor. Si los ojos funcionan gracias al cerebro, estamos hablando ya de un concepto y no un objeto. En primer lugar, no podemos percibir el color sin que la luz rebote de alguna superficie. Sin importar qué pigmentación tenga una superficie física, dependiendo del brillo y carácter de la luz ambiental podríamos percibirlo de diferentes formas. También sucede mucho que diferentes materiales de la misma pigmentación no son percibidos así porque no reflejan la luz de la misma forma. Ni siquiera aquí acaba, resulta que percibimos los colores de acuerdo a otros colores que los rodeen. Esta característica, por ejemplo,  aprendemos a manejarla durante nuestro entrenamiento y la denominamos “contraste”.
En este amplio pantano de la confusión, diseñadores a través de la historia han determinado un lenguaje preciso para poder comunicarse objetivamente con productores, imprentas y clientes. Esto es lo que constituye la famosa teoría del color.

El círculo cromático
La luz separa siete espectros de color a través de un prisma. Esto fue descubierto en 1665 por Isaac Newton, quien ordenó estos espectros en una rueda o círculo que sirvió desde entonces para percibir claramente la relación de los colores entre sí.

Los colores primarios son los que no se pueden obtener de la mezcla de ningún otro. Esto también significa que cualquier color tiene en su mezcla base por lo menos dos colores primarios. Los colores primarios son el rojo, amarillo y azul en su versión más pura.

Los colores secundarios son el resultado de mezclar partes iguales de dos colores primarios. Siguiendo la misma línea, un color terciario es el resultado de la mezcla a partes iguales de un color primario y un color secundario. Su denominación correcta es nombrar primero el color primario y luego el secundario. Algunos ejemplos son: Amarillo anaranjado, Rojo violeta, Azul violeta, Azul verdoso, etc.

Dos colores opuestos en el círculo cromático se llaman complementarios. Cada color complementario no contiene elementos que están presentes en el otro, y tienen temperaturas opuestas también. El uso de colores complementarios en un diseño puede influir muchísimo en el tono de comunicación, pues crea un contraste radical e imposible de pasar por alto. Para crear combinaciones más sutiles, se podría usar un “opuesto cercano”, que es un color cercano al complementario, como se muestra en el diagrama.
Los colores que están cerca unos de otros se llaman análogos. Cuando se usan juntos crean un contraste mínimo y mucha armonía, porque tienen elementos en común y temperaturas similares.

Características del color

Un matiz es el lugar del color dentro del espectro de color, es decir, el color en su estado puro, sin blanco ni negro agregados. Es el atributo del color más básico pues es el que nos hace reconocer el color rojo del azul. Un matiz rojo puede parecer marrón cuando está poco saturado, y un matiz rojo también puede parecer rosado cuando tiene alta luminosidad.
El valor o luminosidad es un atributo referente a la luz, sobre el carácter de un matiz y si está en un valor claro u oscuro. También llamado tonalidad, brillantez, o brillo, es independiente del matiz o la saturación de un color. Cuando transformamos una imagen a blanco y negro, eliminamos el matiz pero preservamos su relación tonal. 
La variación de luminosidad es controlada por cuánto blanco o negro contiene un color. Si se le agrega más negro, tendrá un valor más bajo. A medida que se le agrega más blanco, se intensifica la claridad del color y se obtiene un valor más alto. Dos matices distintos, como el rojo y el azul, pueden tener valores iguales, porque pueden tener el mismo grado de claridad y oscuridad con relación a la misma cantidad de blanco o negro que contengan en cada caso

La saturación o intensidad es un concepto que representa la pureza de un color, es decir, la vivacidad o palidez del mismo. También llamado “Croma”, puede verse relacionado con la cantidad de luz con la que vemos una superficie. En el círculo cromático, los colores más saturados son los colores puros del espectro. Un color muy intenso es muy vibrante, y aplicado a un objeto da la impresión de que dicho objeto se está moviendo.
Para desaturar un color se le podría agregar blanco, pero de esa forma también variaría su valor. Para lograr una desaturación y preservar el valor del color hay que mezclarlo con gris que contenga igual cantidades de blanco y negro. Mientras más gris contenga un color se vuelve más neutro. Otra forma de hacerlo es mezclarlo con su complementario, ya que eso produce neutralización. Podríamos entonces definir un color neutro como aquel en el cual no se percibe fácilmente su saturación.

El círculo cromático graduado muestra cada matiz progresivamente afectado por valores. Hay que hacer notar que el punto de mayor saturación no es el mismo para todos los matices (por ejemplo, el amarillo más saturado está alejado del centro, donde tiene mayor un valor más alto, pero el azul es más intenso cerca del centro, cuando tiene un valor más bajo.

Fuentes:
Graphic Design. The New Basics.  Ellen Lupton y Jennifer Cole Phillips, 2008.
Teoría del Color: Propiedades de los colores. Luciano Moreno para desarrolloweb.com, 2004


Columnista
Antonella Morelli