A qué profesional o aficionado a la fotografía no le ha sucedido que al captar una escena transcendente, luego de una larga espera apreciando un paisaje, en el momento más emotivo de la boda de un amigo o esa expresión exacta en la modelo, siente que no ha logrado capturar la esencia, la dimensión o los sentimientos que deseaba.
Pues bien, si lo pensamos un poco es bastante lógico, ya que la fotografía al ser completamente plana elimina automáticamente la tridimensionalidad y las sensaciones que son captadas por los sentidos del fotógrafo.
Pero es a partir de este punto donde el revelado cobra real importancia y nos da una solución, una segunda oportunidad de transmitir lo que deseamos, utilizando una serie de procesos que explicare a continuación.
La mayoría de cámaras actuales nos da la opción de tomar fotografías en formato de compresión JPEG, uno de los más usados en el mundo; y el formato sin compresión RAW (el nuevo negativo digital), que es nuestra mejor opción en el proceso de revelar.
Pero si queremos utilizar el formato RAW en toda su capacidad tenemos que obtener la mayor cantidad de información posible, utilizando los tonos más claros como referencia a la hora de medir la luz (esto se conoce como ‘derechear el histograma’).
A primera vista el resultado que obtendremos será una imagen con tonos muy claros, sin contraste y completamente plana; pero no se dejen engañar, esto nos permite conservar mayor detalle en las sombras, cumpliendo nuestro objetivo de obtener el máximo de información posible.
Fotografía: Israel Ubaldo
Ya con nuestro negativo digital listo pasaremos al revelado donde aplicaremos una serie de ajustes básicos como claridad, intensidad, iluminaciones, sombras, matices, corrección de lente, entre otros. No es necesario utilizarlos todos, se deben aplicar con criterio. Si lo que deseamos es transmitir una perspectiva más personal lo más seguro es que necesitemos un procesado más complejo que incluya ajustes por zonas, saturación, luminosidad, desaturación selectiva, etc.
El resultado que obtendremos, será sin duda mejor a la fotografía original, más fiel a la realidad, o más cercano a tu apreciación personal, según sea el objetivo.
Para terminar me gustaría comentar que la importancia del revelado no es un tema reciente, lleva décadas siendo parte imprescindible de la fotografía, desde la época de rollos de película, cuartos oscuros y químicos, la diferencia es que en ese entonces los únicos con la posibilidad de realizar esta tarea eran los profesionales o muy aficionados con acceso a un laboratorio.
En la actualidad el proceso de revelar una fotografía se ha vuelto simple y accesible, y es muy favorable para toda persona interesada en la fotografía aprender a realizarlo aplicando siempre criterio y creatividad.
Columnista:
Israel Ubaldo
Diseñador Publicitario
www.pixel-creativo.com
Publicar un comentario