Hace muchos años atrás, cuando aún los diseñadores no contaban con una computadora para trabajar diversos diseños, como avisos de prensa por ejemplo, existió una forma de colocar los textos que complementaban el mensaje gráfico, esa forma que parece rustica para la actualidad y que quizá parece hilarante o alucinante la proporcionaba el Letraset.
Utilizar un Letraset era la forma más práctica de colocar el texto en una ilustración. Consistía en una plancha semi transparente en la que se encontraban un gran número de letras y signos de puntuación, entre otros, de un tipo de fuente o tipografía determinada, la cual se colocaba sobre la ilustración trabajada en plumones o tempera y se iba raspando una por una las letras hasta conformar una palabra.
Este proceso definitivamente era mucho más práctico y profesional que dibujar y pintar letra por letra en plumones o tempera sobre un trabajo gráfico (con el Letraset te asegurabas que las letras no se verían veteadas), sin embargo el diseñador debía ser muy cuidadoso al colocar las letras por diversos motivos, ya que en primer lugar había que estar seguro que la tipografía que escogiéramos fuera la adecuada para lo que queríamos expresar, (luego no existiría chance de cambiarla, las letras quedaban pegadas sobre el papel) y por otro lado al raspar cada una de las letritas, al retirar la lamina en donde venían impresas, podría quedar alguna a mitad de pasar.
Con el progreso de las computadoras y sus softwares de diseño, esta práctica se volvió obsoleta. El mundo del diseño se volvería más práctico y dinámico.
Estudié diseño Gráfico en 1998. Con mucho esfuerzo compraba los Display de Letraset para mis trabajos. El problema era cuando quedabas "corto de Letras" ya que el Display solo contenía una cantidad limitada de vocales. Era una delicia ver el afiche terminado luego de usar el producto, era cómodo, rápido y limpio. En fin, lindos tiempos, lindos recuerdos.
ResponderEliminarSe han armado un buen Blog acá, Felicitaciones.
Saludos desde Santiago.